Un profesor visita a un maestro Zen y al llegar le dice;
“Hola, soy el Dr. Fulano. Soy esto.
Soy aquello. Hago tal y cual cosa, etc., etc. y me gustaría
aprender Budismo”. El maestro responde:
“¿Desea usted sentarse?”. “Sí”.
“¿Desea tomar una taza de té?”. “Sí”.
Entonces el maestro vierte
un poco de té en la taza y continúa haciéndolo aún cuando
la taza está llena y comienza a derramarse.
El Dr. Exclama: “¡La taza está rebosando!. ¡Y el té se está
derramando!”. A lo que el maestro responde:
“Exactamente. Usted ha venido con su taza llena.
Se está rebosando, de modo que…
¿cómo puedo entregarle algo?.
Usted ya está anegado con todo ese conocimiento.
A no ser que venga usted vacío y abierto,
no puedo entregarle nada…”.
Que razón tiene el maestro Zen, a veces estamos tan llenos de nosotros mismos, que no dejamos sitio a nada nuevo.
ResponderEliminarSera cuestión de recapacitar.
Besos
Hoal culebrita!! gracias por visitarme... jejeje, has estado en Gaztelu! que guay!, hace tanto que no paso por allí...que recuerdos!!!
ResponderEliminarsigue haciendo cosas tan chulas!! me encantan!!!
besos